Profanación y destrucción
Con el golpe de Estado de julio de 1936, y antes de que la contienda se convirtiera en una guerra civil, las pasiones estallan. El monumento al Sagrado Corazón es un símbolo que condensa los enfrentamientos en su significación religiosa, política, social y pronto militar.
Al parecer, el 28 de julio, con la posición tomada por milicianos, empieza a realizarse un acto de profanación extraño: diversos pelotones de fusilamiento se alinean en la explanada frente al monumento y disparan sobre el monumento. La acción, según distintas fuentes orales y escritas se repite periódicamente durante los días siguientes. Las cámaras captan el acto y las imágenes invaden rápidamente distintos soportes de información y propaganda: revistas ilustradas y noticiarios cinematográficos en particular. ¿Quién tuvo la idea y por qué fue captada en imágenes? El enigma permanece irresuelto.
La escena es descrita como demoníaca en la prensa favorable al alzamiento nacional y su contemplación estremece por su aparente encarnación de un deicidio. En el reportaje más extenso que se ha conservado, el publicado como noticia en British Paramount News nº 571 (17 agosto 1936), se incluyen tres planos cinematográficos captando el acto desde distintos emplazamientos.
Entre finales de julio y principios de agosto, hubo varias tentativas de destruir el monumento. Tras diversos fracasos, horadan la base con dinamita y el viernes 7 de agosto el monumento es derruido. Según testimonios visuales, algunos artífices del derrocamiento toman posición sobre las ruinas, en el lugar que poco antes ocupaba la efigie del SCJ.
El cardenal Isidro Gomá, primado de España, uno de los más firmes bastiones del golpe de Estado, otorgó al acto un valor simbólico extremo, calificándolo como “sacrilegio sintético”:
“Esta guerra, por parte de los enemigos de nuestro Dios, ha sido un sistema vastísimo de sacrilegios perpetrados a sangre fría y que culminaron en este sacrilegio sintético que, si no fue el mayor en su aberración teológica sí que fue el más simbólico y clamoroso: el fusilamiento del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles. ¡Dulce imagen de Jesús bendiciendo a España! Levantado en su centro geográfico, culminando, imponente, con majestad divina sobre las figuras más representativas del amor divino en pecho humano, cayó, acribillado a balazos, de su pedestal, el que tiene uno en el corazón de cada buen español”.



