Esta intervención parte de la asunción de que, a lo largo de la guerra civil y de la inmediata posguerra, el discurso falangista definió a la nueva España como intrínsecamente viril. Retomando elementos ya visibles en las décadas regeneracionistas previas, la reformulación en clave autoritaria apostaba por una España vigorosa, fuerte e impetuosa a la par que austera, recta y exacta; una España en plena oposición a la antiEspaña liberal y republicana narrada como afeminada.
No obstante, los contornos discursivos de esta nación fueron, en algunos casos, inestables y borrosos, produciéndose ambigüedades y consiguientes renegociaciones y resignficaciones destinadas a incorporar al relato de la España vencedora elementos y discursos alternativos susceptibles de desafiarlo. Tal fue el caso del pintor José Gutiérrez Solana, uno de los más reconocidos por parte de la dictadura y cronista de la España negra, un artista ambiguo cuya incorporación a la retórica de la posguerra necesitó de ciertas reconversiones. El objetivo de esta intervención es, una vez analizado el relato de la España viril, estudiarlas y explorarlas.